El Venerable Siervo de Dios Padre Casimiro Wyszyński (1700-1755)

El Venerable Siervo de Dios Casimiro Wyszyński nació el 19 de agosto de 1700, en el territorio de Jeziora Wielka, cerca de Varsovia, Polonia. En su bautismo recibió el nombre de Jenaro Francisco. Cuando tenía dos años de edad, su familia tuvo que huir de la devastación militar sueca de Polonia. Después de algunos años de estar viajando, la familia Wyszyński regresó a su territorio.
Conforme al deseo de su padre estudió leyes, preparándose así para una carrera en la Cancillería Real.

Hizo voto de ir a una peregrinación a la tumba de Santiago Apóstol en Compostela, España y a pesar de las objeciones de su familia, no cambió su decisión. Finalmente recibió la bendición de su padre y partió hacia Roma.

Llegó a la Ciudad Eterna en 1721 y pronto partió de allí con un grupo de peregrinos. Debido a una enfermedad se vio forzado a regresar. En Roma, cambió el voto de peregrinar por el de visitar las iglesias romanas y practicar obras de misericordia.

Mientras visitaba los Santuarios de la Ciudad Eterna, conoció al Padre Joaquín Kozlowski, Procurador de la Orden Mariana. Se enteró que su hermano (quien había estado en el Noviciado Mariano), había hecho mucho daño a la nueva Orden. Movido por esta noticia le dijo al Padre Joaquín: "Yo quiero rehacer lo que mi hermano arruinó. Le pido a usted el hábito". Tomó el hábito blanco mariano el 18 de noviembre de 1723, en Roma, y aceptó el nombre de Casimiro de San José. Después de regresar a Polonia ingresó en el noviciado y, en 1725, profesó sus votos religiosos. Un año después, fue ordenado sacerdote.

Desde el mismo comienzo de su vida religiosa se distinguió en su celo por alcanzar la perfección evangélica, por su devoción ardiente al misterio de la Inmaculada Concepción, y por el cuidado de los que sufrían injusticias. También trabajó celosamente por la beatificación del Fundador de los Marianos, el Padre Estanislao Papczyński (1631-1701).
Los miembros de su comunidad le expresaron la aprobación de sus tareas, designándolo Maestro de Novicios, Superior Local, Procurador en Roma y dos veces Superior General (1737-1741 y 1747-1750). Desde estos cargos ayudó a los Marianos a crecer en mérito y en número. Hizo de los Marianos una comunidad internacional y aceptó candidatos de toda Europa.
En 1753 fue a Portugal y fundó el primer Monasterio Mariano en Balsamao. Allí murió el 21 de octubre de 1755, en olor de santidad.
Algunos años después de su muerte se inició el proceso de beatificación en Portugal, y después en Polonia y en Roma. Este proceso fue interrumpido durante la división de Polonia en el siglo XIX y el tumulto político en Portugal. Fue reabierto en 1953 en Roma.

Se han reportado muchas gracias obtenidas por la intercesión del Padre Casimiro. Fue declarado Venerable Siervo de Dios en 1989.

Su fama de santidad ha continuado por 200 años – especialmente en Portugal, donde sobrevivió al período de confiscación y clausura de las comunidades religiosas. Aún hoy en Portugal es llamado el "santo polaco". Esto nos da esperanza de alcanzar una exitosa conclusión en el proceso de su beatificación. No obstante, esto depende de nuestras oraciones por esta intención.

De los escritos del Padre Wyszyński

Cristo nos dejó en Su propia Madre, el más perfecto ejemplo de Su Vida. Ella conoció exactamente los caminos de Dios; sus santas virtudes nos muestran cómo debemos seguir a Cristo. Sólo por la imitación a María podremos ser sus verdaderos veneradores y siervos. Imitar a la Madre de Dios significa imitar fielmente al mismo Cristo. Más que todos los santos, ella conoció las enseñanzas y caminos de la vida de Cristo.

Si nosotros queremos ser verdaderos veneradores y siervos de María, no podemos limitarnos sólo a estudiar su grandeza y dignidad, sus privilegios y virtudes. Tampoco es suficiente alabarle con cantos y oraciones, haciendo ofrecimientos en su honor o mediante votos y actos de consagración. Antes que nada, tenemos que imitarla en su vida ejemplar y en sus virtudes. Por este camino nos pareceremos más a ella y le agradaremos más.

Oración por la Beatificación del Venerable Siervo de Dios P. Casimiro Wyszyński
Pidamos por la elevación al honor de los altares del Siervo de Dios Casimiro Wyszyński y por su intercesión alcancemos nuestro favor ante Dios:
Oh, Dios, alegría de los santos, alégranos por la elevación al honor de los altares de tu fiel Siervo Casimiro, y danos el celo de imitarle en nuestro camino a la santidad. Amén.

Oración para obtener una gracia especial por la intercesión del Padre Casimiro
Oh, Dios, Padre Misericordioso, Tú que en el corazón de tu Siervo Casimiro despertaste un celo tan grande por llevar a cabo las obras de misericordia corporales y espirituales, dígnate concederme (nos) por su intercesión la gracia... por la cual te imploro (imploramos). Amén.
Padrenuestro... Avemaría... Gloria.