Después de dar a luz a Jesús en un pesebre de Belén, María, atendida por su siempre fiel esposo José, esperó con su Hijo a que los corazones y las mentes de los hombres se abrieran al significado supremo de la Encarnación: un salvador, el Dios-Hombre, había nacido en el mundo.
Los ángeles, por supuesto, lo sabían, y los pastores fueron los primeros en enterarse. En Oriente, tres reyes adivinaron el acontecimiento monumental que había tenido lugar en el escenario más inesperado. Los Magos -a quienes la tradición da los nombres de Melchor, Baltasar y Gaspar- se apearon en un viaje a Belén, guiados por una estrella, para adorar al Mesías recién nacido. La Iglesia celebra ahora este acontecimiento en la fiesta de la Epifanía, que se celebra tradicionalmente el 6 de enero.
La palabra "epifanía" significa manifestación y, alternativamente, una visión o revelación repentina. Sin duda, ambas definiciones se aplicarían a los acontecimientos que giraron en torno a ese humilde pesebre hace más de 2.000 años. Por medio de los magos, Cristo se manifestó al mundo. Por medio de la revelación, los reyes comprendieron el significado de lo que estaban llamados a presenciar.
Los Tres Reyes Magos desempeñan un papel vital en esta narración. En primer lugar, escucharon la voz del cielo mientras hacían un arduo viaje a Belén. En segundo lugar, hablaron con Herodes cara a cara, avisándole sin darse cuenta del nacimiento de Cristo. En tercer lugar, no tuvieron miedo de seguir la estrella. En consecuencia, encontraron al Niño Jesús.
En resumen, los magos eran verdaderamente "sabios", como lo expresó la escritora Anne Tansey: "Los sabios del mundo están del lado de María en la lucha épica contra los Herodes del mundo. En cierto sentido, son casi tan superados en número como los tres reyes de Oriente fueron superados en número por los miembros de la corte de Herodes y sus secuaces.”
¿Qué es "el lado de María" y qué es "la lucha épica"? La lucha es la batalla entre el bien y el mal. El bando de María busca proteger la vida de su Hijo contra los Herodes del mundo, quienes, amenazados por la bondad perfecta, desean matar la esencia del Amor encarnado.
Los Tres Reyes Magos hacen de contrapeso a los tres Herodes. Sí, el Nuevo Testamento habla de un trío de hombres que llevaban ese nombre. El primero, Herodes el Grande, es el del relato de la Epifanía. Mató a los inocentes. Su hijo, Herodes Antipas, lo sucedió e hizo decapitar al primo de María, Juan el Bautista. El tercer Herodes, Herodes Agripa, martirizó a Santiago y encarceló a San Pedro.
Afortunadamente, el esposo de María, José, y los Reyes Magos eran hombres buenos. Fueron advertidos por ángeles sobre la traición de Herodes el Grande. Los Reyes Magos regresaron a Oriente por otra ruta, sin informar a Herodes como quería el rey. José protegió a su familia de la matanza de los bebés huyendo a Egipto.
Éstos son los hombres del "lado de María". Escuchan la palabra de Dios y siguen sus instrucciones. Herodes oye que va a nacer un rey, pero no comprende su significado. Concibe al Mesías como un rival por el reinado de Judea. No entiende nada.
En la historia de la Epifanía, María es la protagonista del amor. Herodes es el antagonista del odio. Los Reyes Magos y José están del lado de María, y nosotros también.